Uno de los factores más importantes de la colocación de la trampa es la selección de un lugar apropiado. Cuando sea posible, las trampas que usan feromonas deben colocarse en las áreas de apareamiento.
Para moscas de la fruta podemos colocarlas en las copas de los árboles donde tengan sombra en el lado donde sopla el viento, también se pueden colocar en plantas o lugares que brindan refugio.
Las trampas deben estar a entre 2 y 4 metros del suelo (según la altura del árbol hospedero) en el medio de la parte alta de la copa del árbol hospedero, y orientadas contra el viento. Las trampas no deben quedar expuestas directamente a la luz del sol, vientos fuertes o al polvo. Es de vital importancia que la entrada de la trampa se mantenga limpia de pequeñas ramas y hojas para permitir una circulación apropiada del aire y un acceso fácil de las moscas de la fruta.
Con los áfidos o pulgones se pueden usar trampas amarillas en la base del tallo y trampas horizontales. Típicamente los áfidos se congregan en el envés de la hoja y en los brotes apicales. Estas atraen a las formas aladas de pulgón (los que pueden volar). La mielecilla secretada por los áfidos vuelve a las plantas pegajosas y favorece el desarrollo de un moho negro en el follaje.
Para detectar la entrada de pulgones coloque una por cada 200 m2 de cultivo, a unos 30 cm por encima de las plantas, reforzando la zona cerca de las puertas y los bordes del invernadero. Para realizar captura masiva, se puede llegar a 1 trampa por cada 20 m2.
Para el picudo o Gorgojo del chile (anthonomus eugenii), las colonias de adultos pueden detectarse visualmente y mediante trampas amarillas. Dichas trampas deben colocarse de 10 a 60 cm del suelo, antes de la floración y revisar al menos dos veces por semana. Si se opta por la observación visual, es necesario tomar muestras de brotes apicales, preferiblemente por la mañana. Se aconseja la intervención si se detecta del 0.25 al 1% de brotes infestados.
En minadores de la hoja, la población se eleva en los climas tropicales y en condiciones de invernadero. Para comprobar si hay minadores, revisa el tejido de las hojas. La vigilancia de las colonias de plaga puede hacerse mediante trampas amarillas en la base del tallo y con trampas horizontales.
En la mosquita blanca se puede detectar la invasión prematuramente al utilizar las trampas amarillas en la base del tallo. La plaga se alimenta principalmente de las hojas nuevas en la parte superior. El desarrollo y la reproducción de la mosca blanca de invernadero depende de la temperatura y aumenta con las temperaturas más elevadas. Lo importante es observar bien las plagas, tanto en el cultivo como sobre las placas adhesivas. Un buen monitoreo es indispensable para realizar un control efectivo a tiempo.
Para el manejo de la mosca blanca se recomienda un programa integrado que se enfoque en la prevención y se base en la integración del control biológico cuando éste sea posible. Algunos ejemplos de manejo integrado son la colocación de mallas en las bandas de los invernaderos, limpieza de malas hierbas y tejidos de cultivos muertos, y la colocación de trampas amarillas.
Cuando tenemos trips el daño se puede notar al observar manchas plateadas en las hojas que brillan en el sol y se agrandan cuando crecen las hojas. Se puede vigilar a los adultos con trampas Azules en la base del tallo, y en la parte superior de la planta. Se debe concentrar la inspección de los trips de la flor y en los brotes o capullos, y los trips de la cebolla en las hojas más jóvenes.
Las trampas amarillas atraen a muchos insectos. Cuando estos se posan en la trampa, se queda pegada. Las trampas normalmente no suelen ser medidas de control eficaces por sí solas, pero si se colocan en los bordes del cultivo además de dentro de él, son muy útiles para la detección temprana del insecto en nuestro cultivo.
Para detectar la entrada de trips, coloque una por cada 200 metros cuadrados de cultivo, a unos 30 cm por encima de las plantas, reforzando la zona cerca de las puertas y los bordes del invernadero.
Estas trampas normalmente no suelen ser por sí solas medidas de control eficaces, pero si se colocan en los bordes del cultivo además de dentro de él, son muy útiles para la detección temprana del insecto en nuestro cultivo.
Para realizar captura masiva, se puede llegar a 1 trampa por cada 20 metros cuadrados o un espacio de 5X4.
Además de que las trampas amarillas pueden atraer a los adultos de polilla, normalmente se usan para detectar la aparición de adultos y decidir si se comienza a tratar. En ese caso, se recomienda el uso de 1 trampa por cada 5000 m2 . También se utilizan como parte de una trampa de luz, que atraen a los adultos que vuelan por la noche. Se usa una fuente de luz, que se enciende y apaga a intervalos durante la noche. Esta fuente de luz se sitúa sobre y a un lado de la trampa amarilla donde caen las polillas. Las trampas de luz no son específicas, caen todo tipo de mariposas nocturnas.
Para control de polilla del tomate se recomienda realizar trampeo masivo con trampas cada 500 metros cuadrados. Recuerda que estas normalmente no se pueden considerar medidas de control eficaces para el control o eliminación, deben de acompañarse de un manejo integrado de plagas que incluyan la colocación de extractos naturales o barreras físicas, entre otros métodos.
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